El Ciasfe participa de un equipo multidisciplinario que estudia la potencialidad de ese rico ecosistema.
Con el objetivo de aportar conocimientos técnicos y una mirada profesional sobre los recursos naturales con eje en la sustentabilidad, el Colegio de Ingenieros Agrónomos de Santa Fe (CIASFE) participa de un comité de gestión para la región hídrica de los Bajos Submeridionales, una extensísima región de tierras bajas y anegables que se despliegan sobre unos cinco millones de hectáreas en tres provincias argentinas: Santa Fe, Santiago del Estero y Chaco.
En la provincia de Santa Fe, la región comprende gran parte de los departamentos 9 de julio y Vera, el este del departamento General Obligado y el norte del departamento San Cristóbal, con una extensión aproximada de 35.000 km2. El ingeniero agrónomo Carlos Carballo (MAT 82-3-0041), quien forma parte del equipo multidisciplinario, explicó para Agrovisión algunos de los puntos fundamentales del proyecto, así como el papel que les toca a los profesionales del sector.
Una región particular
Santa fe es la provincia que concentra la mayor parte de los Bajos seguida de Santiago y Chaco. Según explicó Carballo, los Bajos se alimentan de una cuenca hídrica que viene del norte: “el grueso de nuestra porción tiene agua salada porque el ingreso se da en gran parte desde Santiago, por donde pasa por las Salinas Grandes antes de llegar hasta acá”. Desde hace décadas se vienen haciendo diferentes intentos de intervenciones desde el punto de vista del manejo del agua, algo que comenzó en los años ‘70 del siglo pasado a raíz de un primer estudio del Concejo Federal de Inversiones. “A partir de ahí no se hizo mucho y lo que se hizo no respetó demasiado lo que proponía el estudio, ya que al menos un tercio de los bosques nativos desaparecieron, lo cual agravo la situación de toda la región”.
Un nuevo proyecto
El proyecto actual arrancó cuando los gobiernos de Santa Fe, Santiago del Estero y Chaco recibieron un crédito para contratar a una consultora que hiciera un informe sobre los Bajos, un estudio completo y abarcativo que fuera más allá del manejo del agua. “Los créditos internacionales de hoy deben contemplar el aspecto ambiental y el social, además del manejo del agua y la construcción de infraestructura”, señaló Carballo.
Para llevar adelante el proyecto se formó en Santa Fe un equipo técnico multidisciplinario, del cual el Colegio forma parte. “La consultora tenía la función de hacer el estudio ambiental, de infraestructura y social, y el equipo del cual formamos parte tenía que ir detectando las problemáticas que había en cada lugar, a los efectos de poder luego accionar en territorio”.
Una foto actualizada
El resultado final es que el estudio ya está concluido y que -según puntualizó Carballo- “se han detectado las cosas que planteaban alguna problemática”. “Es un territorio muy amplio y es difícil percibir las problemáticas a veces, pero en muchos casos gracias a los concejos técnicos del equipo, se fueron corrigiendo”.
Los fondos que llegaron para el proyecto se utilizaron con varios fines. En Santa Fe, una parte fue destinada en principio a la limpieza de los canales que ya existen, aprovechando la sequía. “No se modificaron sus recorridos ni el caudal que podrían llevar, solo se limpiaron o se volvió a la cota original, pero no se intervino de fondo”. También se trabajó en un número importante de aliviadores, alcantarillas y entubamientos que mejoran la circulación en la región. “En definitiva, se hicieron algunas recuperaciones de algunos caminos y algunas intervenciones para unir pueblos o parajes desde el paralelo 28 hasta cerca de San Cristóbal”.
Agenda a futuro
¿Cómo sigue el proyecto a partir de ahora? Según detalló el ingeniero agrónomo “el equipo quedó formado” y la expectativa es que no se desarme, a pasar del inminente cambio de gestión a nivel provincial. “Entendemos que más allá de los colores políticos, los datos recabados son muy importantes y sería clave no tener que empezar de cero otra vez. Quedó como resultado un informe técnico, social y ambiental muy completo con participación de los actores que tienen que ver con la gestión de los Bajos, como el Colegio”.
“Las futuras intervenciones tiene que volver a un manejo del agua y no a algo que se alentó durante mucho tiempo, que fue sacar el agua. Si bien no es un suelo preparado para hacer nuestra famosa soja, lo que es girasol o algodón/maíz en los bordes y sorgo un poco más adentro, funciona bien. Pero no como para tomarlo como una región de cultivo. Estamos hablando de millones de hectáreas, dos o tres millones de hectáreas que son significativas”, concluyó el experto.