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Estado de los cultivos en el sur de Santa Fe a febrero de 2023

El ciclo agrícola que estamos transcurriendo se caracterizó principalmente por precipitaciones muy por debajo de lo normal y temperaturas por encima del promedio que expusieron a los cultivos a condiciones de estrés hídrico y térmico afectando negativamente su crecimiento y generando mermas en el potencial de rendimiento que ya son evidentes.

El año 2022 cerró con el registro anual de precipitaciones de lluvias más bajo de los últimos 20 años, entre 450 y 550 mm, cuando los registros históricos de precipitaciones anuales en el sur de Santa Fe se acercan a 900 mm. Es la tercera campaña consecutiva que el fenómeno de la Niña se hace presente y este año nos muestra su mayor intensidad debido a que a las escasas precipitaciones se suman los agravantes de bajas reservas de agua en el perfil, el descenso de la napa freática con prácticamente nulos aportes de agua a los cultivos y la gran cantidad de días con altos registros térmicos.

Los pronósticos anticiparon las probabilidades de que los cultivos se desarrollen en ambientes restrictivos y por este motivo se tomaron estrategias defensivas en la mayoría de los sistemas productivos para maximizar la eficiencia en el uso del agua atrasando las fechas de siembra, apuntando a rendimientos más bajos que demanden menor cantidad de fertilizantes, disminuyendo densidad de siembra en el caso de maíz, entre otras opciones de manejo.

A pesar de estas medidas, los cultivos crecieron en condiciones que se alejaron de ser las óptimas y los rendimientos esperados son significativamente inferiores a los rendimientos promedio de años anteriores, siempre y cuando se pueda cosechar, porque existen lotes que ya han sido descartados para la cosecha de granos.

Los cultivos muestran una gran heterogeneidad en sus condiciones de crecimiento y desarrollo inclusive en la misma zona y en el mismo lote, que se asocian a la distribución de los escasos milímetros de lluvia que se recibieron en el lugar y al manejo previo de cada ambiente.

La peor parte se la llevaron los maíces tempranos, con siembras en septiembre y octubre, que ubicaron su floración en diciembre con un marcado déficit hídrico y registros térmicos por encima del promedio, y por otro lado, los “cultivos de segunda”, tanto soja como maíz, que en su mayoría se sembraron luego de trigo, que independientemente de que se haya cosechado o no, agotó las reservas hídricas y por lo tanto dependieron exclusivamente de la reposición de agua por lluvias que comenzaron a llegar recién a fines de enero.

Cultivo a cultivo

Maíz temprano: Es el más perjudicado con pérdidas de rendimiento irreversibles y en algunas zonas lotes perdidos. En su mayoría son cultivos con poco crecimiento, plantas petisas de aproximadamente 1 metro de altura, espigas chicas, mal granadas y/o faltas de espigas. Se sembró una baja proporción de maíz temprano con relación al tardío este año y la expectativa de rendimiento es baja.

Maíz tardío: muy buen estado general de los lotes favorecidos por las lluvias a fines de enero, previo al comienzo del período crítico. En su mayoría se encuentran recién florecidos o por entrar en floración. La expectativa de rinde es muy buena.

Soja de primera: evidente mejora luego de las lluvias de los últimos 15 días que se dieron cuando la mayoría de los cultivos estaban en R3, comenzando su período crítico para la determinación del rendimiento. Hoy se encuentran en R5, han reactivado su crecimiento y si bien no van a recuperar lo que se perdió previamente, de persistir las lluvias ocasionales, la expectativa de rendimiento es buena.

Soja de segunda: Luego de un comienzo muy desfavorable, con pérdidas en el stand de plantas por cancros por calor en los tallos, resiembras y hasta atraso en la fecha de siembra por falta de condiciones hasta los primeros días de enero, hoy reactivaron su crecimiento luego de las lluvias y su estado general, al igual que la expectativa de rinde es regular- bueno.

En lo que respecta a enfermedades en la mayoría de los lotes de soja se evidencia principalmente mancha marrón en el estrato inferior del cultivo y en el maíz muy ocasionalmente algunas pústulas de roya de la hoja.

Por el lado de las plagas, hubo y hay un ataque generalizado de arañuelas y trips en la región que requirieron de aplicaciones para poder ser controladas. También en algunos lotes, principalmente aquellas variedades que no cuentan con la tecnología Intacta fueron afectadas por isoca bolillera. En el caso del maíz,  aunque en pocos casos, la plaga más frecuente fue gusano cogollero asociado a lotes de siembras tardías.

Un año complejo para la agricultura en el sur de Santa Fe que ya viene castigado por una mala cosecha de trigo. Con optimismo, productores y asesores esperan por lluvias que ayuden a los cultivos a transitar en condiciones más favorables las etapas reproductivas y así lograr una mejor cosecha.

Agradecimiento por sus aportes a los ingenieros agrónomos Armando Ferruzzi, Javier Vacante, Martin Coassolo, Diego Muccioli, Guido Caffa, Santiago Lucero, Juan Martin Demarchi, Daniel Tonelli y Emiliano Scoponi.

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