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El control de plagas urbanas, una ventana laboral con mucho para ofrecer

La gestión y control de plagas en ámbitos urbanos es un rubro en el cual los ingenieros agrónomos pueden desarrollar sus incumbencias profesionales. Qué falta para consolidarlo.

El control de plagas urbanas es un ámbito de desarrollo profesional clave para los ingenieros agrónomos, profesión que aún tiene un camino por recorrer en el rubro y que cuenta con las mejores herramientas para consolidar ese campo de acción como una excelente ventana laboral. Así lo explicó en una charla con Agrovisión Claudio Acosta (Mat 40611), ingeniero agrónomo recibido en la facultad de Río Cuarto, provincia de Córdoba. “Allí donde el ser humano trabaja o vive aparece una modificación de las variables naturales del ambiente y es muy probable que se desarrollen plagas. La idea es trabajar a corto y a mediano plazo con el Colegio para lograr generar mayor interés por este ámbito laboral para que cada vez más profesionales matriculados encuentren allí una buena ventana laboral”, dijo Acosta, quien es socio y dueño de TerraVet SRL, una empresa que se dedica al manejo integrado de plagas urbanas e industriales y que también hace venta de productos domisanitarios y de postcosecha para particulares y empresas.

Además, Acosta está terminado una maestría en Zootecnia en la Universidad de Lomas de Zamora y forma parte de la Comisión Directiva del CIASFE 4, en el sur provincial y es el presidente de la CAEMIP (Cámara de manejo integrado de plagas y ambiente de santa fe), organización gremial que nuclea a empresas y profesionales relacionados el rubro de la zona central del país.

Conocimiento específico

¿Qué tipo de tareas hace una empresa de control de plagas? Muchas veces, aunque la respuesta puede parecer obvia, existen ámbitos de acción que no son tan conocidos o no están, en un primer momento, asociados a las incumbencias de los profesionales ingenieros agrónomos. Ante que nada, quienes se dedican al control de plagas trabajan desde una visión y estrategia de sustentabilidad, desde donde se promueve el control de vectores que pueden transmitir enfermedades a las personas, así como a todo tipo de plagas que de una manera u otra pueden afectar la calidad de vida.

En ese punto, desde el sector hablan del concepto de “Manejo Integrado de Plagas Urbanas” o “MIPU”, una estrategia de prevención y control basada en la minimización del uso de químicos en los ambientes tratados, y en la implementación de monitoreo sistemático, barreras físicas y ordenamiento ambiental para evitar la presencia de plagas en establecimientos sensibles.

El rol de los profesionales

En opinión de Acosta, en la actualidad, en todo lo relativo al manejo de plagas urbanas, el rol de los ingenieros agrónomos “es de vital importancia pero todavía está poco explotado”. “Creo que es una incumbencia que lamentablemente todavía no ocupa el lugar que debería tener dentro de la actividad. El ingeniero agrónomo tiene que tener un rol clave en esta área que aún no se ejerce como se debería”, explicó, para agregar que trabajar en el control de plagas es una más de la “gran cantidad de incumbencias de la profesión”, que es la que más y mejores herramientas tiene para gestionar las empresas del rubro.

Así fue planteado por ejemplo en reuniones mantenidas en el ámbito de la comisión directiva del Ciasfe: “debemos ir hacia un mayor rol de los profesionales de la agronomía dentro de las empresas de control de plagas, todas deberían tener un ingeniero agrónomo en la figura de regente. El ámbito de acción es muy grande, hay que pensar que solo en la ciudad de Rosario hay más de 200 empresas que deberían contar con el asesoramiento de un profesional formado para eso, que pueda gestionar y controlar todo el proceso debidamente”, dijo el especialista.

Falencias por resolver

Sin embargo, todavía queda un camino por recorrer y varias falencias por corregir para que los profesionales de la agronomía ocupen también esos espacios laborales. Las causas de estas falencias son varias, y según Acosta una de ellas es la falta de normativa o legislación clara en ese sentido. “Ese rol de los ingenieros agrónomos no está todavía debidamente legislado, no al 100%, por eso a través de la Cámara estamos buscando hacer pie allí, en colaboración también con el Colegio, estamos tratando de ir para ese lado, para el lado de que las empresas que se dedican al manejo y control de plagas urbanas dispongan de un ingeniero agrónomo bajo la figura de un director técnico”.

Un agente de salud pública

“Hay que entender que hoy el rol del ingeniero agrónomo es de vital importancia y a eso se le suma una nueva dimensión desde la visión del cuidado de la salud pública, debido por ejemplo al dengue”, agregó el profesional. En todo lo relacionado a lo ambiental en sentido amplio, aparecen las incumbencias de los profesionales.

Esto también se refleja en el debate sobre las aplicaciones de fitosanitarios: “siempre usamos productos con sus debidas aprobaciones por parte de los organismos competentes como Senasa y Anmat”. En ese punto, Acosta subrayó que es necesaria todavía una mayor capacitación y que hay que trabajar para “acercar más” conocimiento a los colegas sobre la gestión de plagas urbanas, ya que es una especialización “que vino para quedarse”.
“Hoy las empresas de control de plagas tienen el cartel de empresas esenciales, fueron declaradas esenciales durante la pandemia, es un dato importante y eso puede ser la puerta que hay que abrir para generar una transformación en cuanto al conocimiento de los ingenieros agrónomos y abrir esta ventana de oferta laboral muy importante. Ojalá sirva para incentivar a otros a seguir este camino, no somos muchos por ahora”, agregó.

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