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Campaña 2023/24: la realidad productiva versus los precios

El ingeniero agrónomo Fernando Botta brindó un análisis sobre los números de la campaña de granos gruesos. El rol del profesional cuando los números aprietan.

El maíz viene con todo en la campaña 2023/24 y la soja va por rendimientos récord en la región núcleo. Parecería que van quedando atrás los últimos tres críticos ciclos. Sin embargo, el precio de los granos inquieta a los productores agropecuarios y el nuevo escenario respecto a las políticas agropecuarias a nivel nacional reconfigura la actividad. El rol del ingeniero agrónomo se potencia y el manejo de la de la empresa agrícola necesita eficientizar tanto en lo productivo como en su capacidad de administración.

El ingeniero agrónomo Fernando Botta (MAT 82-2-0332) apuntó que desde el punto de vista productivo “no hay duda viene muy bien y que será la mejor de las últimas tres o cuatro campañas seguro”. Pero desde el punto de vista económico “es una campaña intermedia”. El analista explicó que no es tan mala desde el punto de vista de los números porque se empezó a sembrar con un dólar oficial el 350-400 y se va a salir a cosecha con un dólar a 1.000 pesos” pero advirtió que si la economía se estabiliza y los procesos devaluatorios quedan atrás el productor agropecuario enfrenta nuevos desafíos.

“Lo preocupante diría, desde el punto de vista económico , es la campaña 24/25 si no empiezan a pensar en bajar retenciones. El sector agropecuario no soporta un 30% de retenciones y una economía inestable. El sector agropecuario puede aguantar mientras tenga un proceso devaluatorio en el medio. Vas licuando el exceso de gastos en pesos con las devaluaciones futuras. Si estabilizas la economía, me sacas proceso devaluatorio y no sacas retenciones para el agro es destructor”, subrayó Botta.

El analista especializado en mercados apuntó que hasta el momento los productores administraban un proceso de mucha escasez de mercadería, gracias a todos los sistemas de financiamiento a tasa negativa que hubo en los últimos años. “Eso permitió licuar las deudas que se quemaron los últimos dos años por malas cosechas. El productor por lo menos tuvo capacidad de administrarse y no hubo una mega crisis como todo esperábamos la verdad”, indicó.

En el escenario productivo juegan un rol clave los precios internacionales, un tema que aún tiene un final abierto. “Un elemento central para convertir a esta campaña en una campaña brillante son los precios internacionales de los granos, pero están todos bastante deprimidos. No están acompañando”, resaltó.

Botta señaló que cuando se empezaron a hacer los cálculos de siembra la soja estaba entre 350 dólares o 340 para mayo y hoy está en 290 y “las perspectivas de que pueda empeorar todavía están abiertas”. Es que la demanda de China sobre Estados Unidos está un 20% por abajo del año pasado. Se trata del factor más negativo que tiene el mercado internacional, a pesar de que la producción de Brasil está cayendo. “Nadie sabe bien la verdad, los pronósticos van de 151 a 135 millones de toneladas en Brasil y claramente no es lo mismo una producción brasileña en 151 con 135 pero el problema de precio es que todavía esa caída de producción no se ve en ningún indicador de demanda, la demanda de China sobre Estados Unidos todavía no aparece y eso empieza a presionar los precios. Igual hay que esperar un poquito, todavía hay alguna esperanza de que en esta zona los precios encuentren un sostén”, detalló.

En rigor, explicó que el otro punto que afectó los precios negativamente pasó por que se había apostado a que las bajas de tasas de interés de la Reserva Federal empezaban en marzo del 2024. “Algunos la pusieron en duda y eso fortaleció el dólar a nivel mundial y metió otro poquito más de presión. Es probable que no empiecen la baja de tasa en marzo, pero pueden empezar en el segundo trimestre y que sean más fuertes de lo esperado”, reseñó y propuso: “Estar preparado con las herramientas que hay en lugar de quejarse de los contextos que tenemos”.

Planificación productiva

Botta indicó que en los últimos años el negocio agrícola no dependía tanto de la planificación, sino que el secreto era acertar las devaluaciones, invertir lo máximo posible con dólar oficial atrasado y salir a la venta con dólar en otro nivel. “Esa era la única planificación que se necesitaba para sobrevivir en los últimos años de inflación. Si la economía se estabiliza eso va a cambiar completamente y te va a demandar una planificación productiva. Lo que tenés ahora es que la Argentina quedó muy cara en costos en dólares y sus productos agropecuarios muy baratos. Si la economía se estabiliza y ya no tenés la devaluación como un factor de agregado de valor la planificación para la campaña que viene va a ser muy importante, casi diría que va a definir el éxito o el fracaso, asumiendo que esto se estabiliza”, subrayó.

En ese marco, Botta consideró que el rol del ingeniero agrónomo va a volver a ser central para la administración agropecuaria y empezar a tener un cálculo fino de costos de producción. “Con este nivel de costos y precio tenés un rendimiento de indiferencia de una soja en la zona de las cuatro toneladas por hectárea. Con ese número es súper fundamental manejar los precios de ventas. Con 42 quintales de rendimiento con una soja a 300 dólares da un margen bruto alrededor de los 130 dólares. Con una soja de 270 me da nueve dólares. Solo con el movimiento de precio cambia todo. Con 350 dólares del precio de la soja, con 350 hectáreas en producción en campo arrendado te quedarían 120 mil dólares de margen como empresa y si en vez de 350 vendes en promedio de 270 te termina quedando 3 mil dólares, casi saliste derecho. Eso tiene que ver con que esta campaña los precios van a estar muy deprimidos, el precio que recibe el productor es uno y los precios de los insumos están muy caros en términos de quintales de soja”, detalló.

Para el analista “el secreto de sobrevivir en el agro va a depender de hacer muy bien la producción y administrar muy bien”. En ese sentido, consideró: “Me parece que estamos ante un problema porque en los últimos años el productor se olvidó de administrar porque no importaba tanto cuántos porotos sacaba, sino que después cuando los tenías en el galpón veía cómo los administraba en función de las devaluaciones futuras”.

Botta sostuvo que “claramente el rol del profesional hoy en el manejo de la de la empresa agrícola va a aumentar notablemente tanto en lo productivo como en la capacidad de administración”.

“La campaña clave va a ser la que viene. Con la economía estabilizada y el nivel de retenciones de ahora el campo la va a pasar mal. Sobre todo, si el mercado internacional sigue con precios deprimidos. Hay muchos analistas que están imaginando que debería haber un segundo ciclo alcista de commodities en general dado que a partir de marzo Estados Unidos debería empezar otra vez a agregarle liquidez al sistema para que la economía en Estados Unidos no se ralentice, hay que estar atento a eso”, indicó y compartió que un indicador clave es el precio actual de la soja que en Chicago está 440 dólares y si resiste encima de ese nivel “todavía hay posibilidad de ver una recuperación futura de precios”.

Botta advirtió que si la soja no logra mantenerse sobre los 440 “el panorama es difícil y sería demoledor”. Apuntó: “No solo tenés retenciones, todavía tenés brecha cambiaria y todavía tenés una economía semicerrada donde la oferta de productos de insumos no es la habitual y el precio están realmente desarbritrado con el resto del mundo”.

Estimaciones del nuevo ciclo

La Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario corrigió al alza su estimación de producción de maíz 2023/24, que sería de 59 millones de toneladas, su nivel más alto de la historia. La entidad estimó, según los rindes proyectados, que se puede prever una producción de maíz temprano de 22,9 millones de toneladas y una producción de maíz tardío 2023/24 de 36,1 millones de toneladas.

Por otra parte, el clima acompaña las estimaciones de las Bolsas de Comercio apuntan a rindes muy importantes para la soja. La entidad estima que, merced a rendimientos esperados de 41,2 quintales por hectárea, la cosecha en la zona núcleo llegaría a 20,2 millones de toneladas.

“Con 5 millones de hectáreas sembradas y bajo la influencia de un año Niño, la primera estimación de soja de la región núcleo hecha sobre la condición del cultivo refleja una producción esperada de 20,2 millones de toneladas”, señalaron desde la Guía Estratégica para el Agro (GEA) que lidera el ingeniero agrónomo Cristian Russo. Este guarismo ya supera por 1,5 millón de toneladas el horizonte productivo que se trazaba en la región con un “clima normal”.

Los analistas de la Bolsa de Rosario destacaron que la realidad actual del cultivo “supera las expectativas con las que se empezó sembrando la soja en octubre”. Las lluvias volvieron y fueron ganando en volumen y cobertura hasta el 17 de enero. “De esta manera se va concretando la revancha de los productores que con este volumen superaría por más de cinco veces la cosecha del año pasado, que fue de 3,9 millones de toneladas de soja”, agregaron.

Los rindes de soja de la región núcleo vienen cinco ciclos difíciles. La trilogía de “La Niña” provocó dos años con rindes de 31 qq/ha y dejó una marca desastrosa, (13,3 qq/ha) en la última campaña. Desde que GEA/BCR monitorea la región núcleo, el récord se alcanzó en la cosecha 2018/19, con 40,7 qq/ha. Ese año fue el de la recuperación luego de la sequía de 2017/18. Si todo va como se espera, la actual campaña superaría ese máximo, con 41,2 qq/ha.

Por su parte, a nivel nacional, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) incrementó en 2,5 millones de toneladas, a 52 millones, la estimación de producción de soja de la actual campaña. La entidad porteña también recalculó el pronóstico de cosecha de maíz. Con 1,5 millón de toneladas de aumento, llegaría a 56,5 millones.

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