El 4 de febrero de 2021 falleció el Ingeniero agrónomo Omar Serra, quien participó de la conducción del Ciasfe durante muchos años. Para recordarlo decidimos volver a publicar una entrevista que Agrovisión Profesional le realizó en noviembre 2008.
Hoy el agrónomo está a la cabeza de la producción
Omar Serra, fue durante 12 años presidente comunal de Arequito, por lo que su actividad como ingeniero agrónomo estuvo vinculada a la función pública. Durante el Congreso Nacional de los Ingenieros Agrónomos, que se desarrolló en Rosario en el mes de junio, uno de los puntos que más se repitió fue la necesidad de que los ingenieros agrónomos ocupen espacios en el sector público.
Agrovisión eligió a Serra, para que cuente su experiencia relacionando su trabajo profesional actual y su tarea en el ámbito público.
—¿Crees que se debe tener mayor participación profesional en la función pública?
—Sería muy importante que el ingeniero agrónomo participe en la función pública. No sé si en el poder ejecutivo, como estuve yo. Me parece que es mejor si lo hace en las Cámaras legislativas, porque es el lugar donde después se toman las decisiones de las leyes que regirán nuestra profesión. Es muy difícil ver a los ingenieros agrónomos en esos cargos, y creo que es por esa razón que después trabajamos para rehacer o poner en práctica leyes que se sancionan otros y que no tienen un asesoramiento técnico por parte de un ingeniero agrónomo. Si nosotros estuviéramos presentes creo que sería muy bueno para la sociedad fundamentalmente, ya que podríamos sumar los puntos para una mejor aplicación práctica.
—¿Pensás que el articulador tiene que ser el Colegio profesional?
—Me parece importante que todos podamos tener un Trabajo más importante en el Colegio. Yo me arrepiento de no haberme dado cuenta antes de esto, porque realmente es muy importante. Creo que el Colegio es el ámbito ideal para que podamos tener una visión mucho mas amplia de lo que se puede hacer y lo que no en nuestro terreno. Me parece que sería importante que todos los ingenieros agrónomos de la provincia se acerquen al Colegio para trabajar. Claro que también hay que trabajar desde el Colegio mismo, teniendo una mayor apertura hacía los profesionales colegas. Eso de algún modo se está logrando a partir de los cursos de capacitación y charlas que se están llevando adelante en toda la provincia. Estamos tratando de acercarnos a los ingenieros así ellos se comprometen y empiezan a trabajar en el Colegio.
—¿Qué trabajo o anécdota de tu profesión te enorgulleció?
—Yo creo que la profesión cuando uno la ejerce con cariño es muy linda. Quizá el trabajo que más disfruté y creo que fue el más importante, fue el que realicé cuando era presidente comunal de Arequito, que tuvo que ver con planos hidrográficos. Pero a mí siempre me gusta la extensión, entonces cuando puedo despegar y llegar al productor con asesoramiento directo lo disfruto mucho. Poder intercambiar ideas en relación a como poder solucionarle un problema puntual a alguien de su campo en la producción, a mí me gusta mucho.
—¿Por qué crees que de un tiempo a esta parte hay muchos más ingenieros agrónomos recibidos y estudiantes?
—Mirá no te puedo dar una respuesta seria, lo que sí te puedo decir es que yo creo que nos fuimos dando cuenta de grandes errores. Hubo etapas de nuestras vidas profesionales que como ingenieros agrónomos estuvimos haciéndole mucho daño al campo. Hubo épocas, que coincide en la aparición de la soja en forma masiva, que para aplicarlos pulverizábamos la tierra. Se llegaron a realizar 17 trabajos antes de sembrar. La tierra era un almacigo que quedaba al descubierto. Una erosión muy importante. A medida que eso se fue modificando creo que el profesional agrónomo empezó a tomar mayor importancia, y eso hizo que la carrera crezca.
—¿Qué trabajo realizás como profesional?
—Bueno, yo además del trabajo que realizo en el Colegio como tesorero de la Segunda Circunscripción, tengo unas hectáreas propias pero mí trabajo fuerte está en el asesoramiento profesional de varios productores en superficies chicas. Desde que yo me recibí a este tiempo pasaron treinta años y el crecimiento profesional fue increíble. Cuando yo salí de la Facultad al ingeniero agrónomo no se lo consideraba importante, hoy eso cambió y casi te diría que es lo contrario. Hoy el ingeniero agrónomo está a la cabeza de la producción. Charlamos muchas de las cosas que hacemos en forma conjunta entre el productor y el profesional, lo que hace que podamos trabajar mejor y optimizar los recursos para optimizar los resultados. A pesar de la sojización, los ingenieros que asesoramos estamos trabajando para no se produzca tanto daño.
—¿Qué cambios tendrían que venir para mejorar aun más la producción?
—Mirá la problemática está en la falta de una política por parte del Estado desde el punto de vista del sector agropecuario. Que se piense a un plazo mayor que el momento mismo. Si no logramos una política así, es muy difícil planificar. Yo lo que veo hoy es que hay que realizar una mayor rotación de cultivos. Hoy en día para muchos es muy difícil volver a la ganadería, pero habría que tener al menos una buena rotación, es decir trigo, soja, maíz, sorgo, como para que el campo no se siga destruyendo. Porque ya está probado que no sólo con fertilizantes y siembra directa vamos a tener una agricultura sustentable. Eso se logra cuando las políticas son claras y existen. Esto se tendría que aplicar mucho más en las superficies pequeñas, porque en un campo de 1000 hectáreas es más fácil aplicar rotación que en uno de 50 hectáreas.