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La matrícula, la llave para el ejercicio legal de la profesión

Contar con matrícula habilitante es un requisito por ley y una herramienta clave para desarrollar la actividad profesional de forma segura y responsable.

Los colegios profesionales tienen la potestad, delegada por el Estado, para ejercer el control del ejercicio legal de diferentes actividades profesionales, entre las cuáles se encuentra la ingeniería agronómica. “Concretamente la matrícula es el control del ejercicio profesional. Como el Estado no puede hacerlo en todos los ámbitos, delega esa herramienta en los colegios profesionales. Esa es la definición de una matrícula, es el registro de los profesionales por parte de una institución para tener control de cómo ejercen la profesión”, explicó Ana Clara Manassero, abogada y docente en la Universidad Nacional de Rosario (UNR).

Ana Clara Manassero

Cuestión de ley

A la delegación de ese poder de policía se suma también un controlar de la ética profesional, que cada colegio ejerce sobre sus matriculados. “La matrícula es necesaria para el ejercicio legal de la profesión, no basta con tener un título habilitante. El título acredita el conocimiento, pero cada vez que vamos a transmitir conocimientos a terceros, debemos estar matriculados”, puntualizó la experta.

El Ciasfe tiene delegada, mediante una ley provincial que ya tiene 30 años, la potestad para regular el ejercicio de la profesión en territorio santafesino. La herramienta para ese control y regulación, como ocurre en muchas otras profesiones, es la matrícula habilitante, que abre la puerta al ejercicio legal de la profesión.

Según enumeró Jose Maria Trombert (MAT 82-1-0323) no tener la matrícula tiene varias aristas negativas y problemáticas, de las cuáles la más obvia y grave es quedar fuera de lo que dicta la ley. Esto significa, entre otras cosas, que si el ingeniero agrónomo se enfrenta a cualquier tipo de inconveniente en el marco del ejercicio de su profesión “se encuentra seriamente perjudicado por no estar matriculado”.

Además, la matrícula es indispensable para llevar adelante la actividad para la cual se formó y estudió: “a veces hay una controversia respecto a si la docencia tiene que conllevar una matrícula y la respuesta es claramente si, porque para poder acceder a un cargo docente se utilizan los conocimientos adquiridos en la facultad, entonces claramente hay que tener una matrícula para poder dar clases”, dijo.

A todo esto, se suma otro elemento clave: trabajar sin estar matriculado, además de ser ilegal, equivale a una competencia desleal con otros colegas que si tienen la matrícula y pagan por ella. “Dicho todo esto no queda ninguna duda que cualquier colega en Santa Fe debe formar parte del Colegio, y pienso no sólo en los ingenieros agrónomos, sino que la última reforma del estatuto también prevé la incorporación de profesionales afines como ingenieros forestales o licenciados en administración agropecuaria.

Un valor simbólico

Si bien la matrícula tiene un costo, se trata de valores muy accesibles que no debieran ser considerados como una barrera para evitar cumplir ese paso legal. “No es una cifra inalcanzable si tenemos en cuenta que sirve para ejercer y tener el aval legal de esta profesión. Veo que algunos colegas esperan una contraprestación del Colegio, y esa expectativa tiene dos respuestas: el Colegio brinda muchas cosas y es cuestión del profesional acercarse y establecer un vínculo, esto incluye capacitaciones, asesoramiento legal de ser necesario y comisiones que trabajan sobre diferentes temáticas. Pero, además, el Colegio está permanente luchando para ampliar la salida laboral de los profesionales y defender sus derechos”, señaló Trombert.

A eso se suma un segundo argumento: “hay muchas cosas que pagamos como tasas e impuestos que no tienen en apariencia una contraprestación visible o inmediata, pero eso no es así. Siempre hay una devolución, aunque nos cueste verla”.

Ámbito de acción

Trombert detalló que, por ley, está determinado que el control de la matricula es del ámbito de la provincia y que no existe ninguna una matrícula federal. “En su momento se intentó plantear desde el Cpia -el Colegio de la Ciudad de Buenos Aires- pero no prosperó. La ley es sumamente clara: el control de la profesión es del ámbito de las provincias y no hay opción para que sea nacional”.

En relación a los avances para lograr una matriculación plena, Trombert dijo que “se ha avanzado mucho” y que están trabajando en la comisión de matriculación de la Fadia (la Federación Argentina de Ingenieros Agrónomos) para sumar transparencia y agilidad en el acceso a la información. En ese marco, ya existe una página donde se pueden consultar los matriculados de todo el país. “Sobre eso se ha avanzado y se trabaja además con entidades del sector para tratar de lograr que esas instituciones, así como las empresas, trabajen solamente con matriculados”, puntualizó.

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