Actualidad

La lechería como opción

Los ingenieros agrónomos tienen un amplio campo de trabajo y la lechería tal vez no sea de las actividades más habituales, pero la labor profesional en esta área brinda grandes oportunidades de desarrollo. “Para un ingeniero agrónomo es un desafío trabajar en calidad de leche, tiene que aprender otras disciplinas que no conoce”, resaltó el ingeniero agrónomo Lucas Brunas (Mat. 82-1-1085), responsable del área de calidad de leche dentro de producción primaria en Tregar desde hace más de 10 años, quien destacó que cuando se conoce el tambo es muy difícil cambiar de sector porque “uno se enamora de esta actividad”.

El ingeniero agrónomo nacido en la localidad santafesina de Gobernador Crespo se recibió en 2008 en la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional del Litoral ubicada en Esperanza y desde entonces recorrió un camino alternativo -podría decirse- respecto a la inserción laboral. Después de una fallida experiencia en Entre Ríos volvió la provincia de Santa Fe y comenzó a trabajar en arroz en un año particularmente seco, y con un cultivo que demanda agua. “Aprendí muchísimo sobre el manejo del agua. Fue espectacular armar una arrocera de cero”, relató sobre sus primeros pasos en el mundo profesional. 

Después de esta experiencia llega la oportunidad laboral en Tregar. “El único contacto que había tenido con lechería había sido una materia de la facultad, no tenía experiencia en tambo así que hice una especialización en producción lechera en la Facultad de Ciencias Agrarias de Esperanza. Ahí aprendí muchísimas cosas que al día de hoy me sirven para charlar con un productor y tener fundamentos, desde alimentación hasta calidad de leche, desde recría de vaquillonas hasta detección de celo. Aprendí el manejo del sistema”, precisó Brunas, quien nunca detuvo su capacitación y hoy se encuentra escribiendo la tesis de su maestría en agronegocios.

Brunas contó detalles sobre su desembarco en la industria láctea y brindó un pantallazo sobre su rutina laboral. “Empecé a trabajar el 11 de marzo de 2010 en Tregar y desde entonces me desempeño en el puesto de responsable de calidad de leche dentro de producción primaria, que es una de las 8 gerencias de la empresa. Tregar es una empresa con una clara orientación al cliente, donde la calidad tiene mucha importancia. Si partís de una leche de mala calidad en la industria no lo podés mejorar. Y si no podés mejorar aspectos malos y los productos son malos la gente no lo compra. Y si la gente no lo compra no tenés participación en el mercado”, puntualizó. 

El ingeniero agrónomo explicó que la lechería es un área que trabaja por objetivos: objetivos de calidad de leche, de mejora de sólidos de grasa y proteína.  “Trabajamos en conjunto para mejorar esos parámetros, sobre todo calidad higiénica y calidad composicional. Tregar paga la leche lo que es, se paga por lo que tiene y no por litro. Se paga por grasa y proteína, por bacterias.  Entonces los productores entienden que si mejoran la calidad, mejora lo que el cliente consume y mejorará su economía. En eso trabajo, en que mejoren la calidad de leche en grasas, proteínas”, especificó Brunas sobre su actividad diaria con los productores tamberos, que aportan el 95% de la leche que procesa Tregar. 

Ing. Agr. Lucas Brunas

El responsable del área de calidad de leche dentro de la industria láctea tiene un contacto directo con el productor para lograr que su tambo tenga la mejor calidad de proteína y de grasa y calidad higiénico sanitaria. “Los visitamos, hacemos auditoría en los tambos anualmente para que mejoren en estructura, en condiciones edilicias, caminos, evaluamos la calidad de leche qué quiere sacar y las normas de calidad que tiene aprobada la empresa”, indicó sobre su actividad. 

El desarrollo profesional en la actividad lechera es amplio, pero requiere un fuerte compromiso con la capacitación, incorporación de saberes más allá de la carrera de grado. “Para un ingeniero agrónomo es un desafío trabajar en calidad de leche, tiene que aprender otras disciplinas que no las conoce. Sobre todo algunas cuestiones inherentes a la sanidad animal que no conoce. Es un desafío y es una capacitación continúa. Es un desafío personal porque hay muchas cosas que no se conocen y hay que ir aprendiéndolas”, puntualizó Brunas al tiempo que apuntó que “hay muchísimo para hacer en lechería”.

Asimismo, subrayó que “cuando uno entra en el trabajo diario del tambo es apasionante” ya que “no es como un cultivo que tenés una visita cada 15 ó 20 días sino que acá todos los días es un aprendizaje distinto”.  En rigor, dijo: “Es una experiencia hermosa para los ingenieros agrónomos que quieran crecer en este rubro”. 

En ese sentido, indicó que “hay mucho para mejorar en los tambos” y aseguró que “claramente es de incumbencia del profesional ingeniero agrónomo. “Los tambos en general, no hablo de los tambos grandes, no están profesionalizados. No hay un ingeniero que arme una rotación, que haga un presupuesto forrajero, que haga un análisis de suelo, que semille el pasto.  Hay muchísimas cosas para hacer. Y otro de los grandes problemas que hay es que es un sector en el que no se hacen costos y el productor trabaja con sensación de bolsillo. Nosotros estamos formados para eso”, detalló y agregó que se trata de un trabajo en conjunto, con un equipo interdiciplinario integrado como mínimo por un contador, un veterinario y un ingeniero agrónomo.  

Oportunidad laboral

Brunas habló de una nueva salida laboral para el ingeniero agrónomo. “Es que el perfil del productor lechero es avanzado en años y en cierta medida están cansados de la actividad. Se podría evaluar como una actividad para el que recién empieza. Por lo menos en el campo que los ingenieros agrónomos conocemos muy bien, empezar a armar rotaciones y después administrar el campo completo. Es una salida muy interesante y totalmente distinta a la salida más tradicional de venta de agroquímicos o del mismo trabajo pero en campo agrícola”, señaló el responsable del área de calidad de leche de Tregar, quien es un apasionado de la actividad en el tambo, un sector que “uno hace un cambio hoy  en lo que fuese,  por ejemplo en la dieta, y el resultado lo ves al otro día o a los 2 días, es inmediato, no es que tenés que fertilizar y esperar 5 meses cuando cosechas para ver qué respuesta tuvo, pero eso sí si le erras, le erras por 3 años”.  

Sobre el trabajo que podría realizar un ingeniero agrónomo en el tambo apuntó que “hay muchas cosas que se puedan mejorar internamente en la explotación, cuestiones simples como aprovechamiento del past, época de siembra, calidad de los forrajes qué harían que sea un poco mejor la economía del productor”. Teniendo en cuenta lo complejo que es el sector, sus altibajos económicos, Brunas consideró que “hay que hacer cosas distintas para no tener siempre el mismo resultado”. 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *