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La agroecología abre nuevas posibilidades productivas y profesionales en la región

En los últimos años, de la mano de renovadas demandas sociales y de mayor información disponible, ha crecido el interés por modelos de producción de alimentos agroecológicos apoyados más en las tecnologías de procesos que en los insumos químicos. La provincia de Santa Fe decidió comenzar a experimentar de manera concreta este cambio de paradigma a través de programas públicos destinados a los periurbanos, esas franjas que separan la ruralidad de los cascos poblados.

Agustín Mariatti es ingeniero agrónomo, agroecólogo y coordinador técnico del programa de producción sustentable de alimentos en periurbanos, con foco en el área metropolitana de Rosario. También participó del desarrollo del proyecto para crear biofábricas públicas que elaboran biopreparados aptos para la producción agroecológica y es integrante de la comisión de agroecología del Ciasfe 2.

“El objetivo es desafiar el sistema convencional para generar mayor amplitud de oportunidades no solo para los agricultores sino también para los profesionales, que así pueden vincularse con nuevas prácticas y espacios en cada comuna o municipio” dijo el experto.

Una nueva ventana profesional

En opinión de Mariatti, la profesión “está en una crisis bastante importante en la cual las mayores alternativas pasan por la venta de insumos comerciales con pocas oportunidades de dedicarse al manejo técnico de sistemas productivos”. Parte del problema, según su visión, es que los agricultores no consideran al ingeniero agrónomo como parte necesaria del sistema productivo sino más bien “como un consultor o un profesional que le da la oportunidad de acceder a una receta agronómica para la aplicación de herbicida”. 

A pesar de todo esto, el ingeniero señaló que los desarrollos productivos bajo el paradigma agroecológico pueden generar “innumerables oportunidades a futuro siempre y cuando los sistemas acompañen”. Para eso, el modelo productivo convencional que está vigente deberá encarar una reconversión no sólo desde una mirada productivista, sino también “desde lo cultural y ambiental”.

En esta transición necesaria para salir de un paradigma y transitar otro nuevo los ingenieros agrónomos deben por un lado acompañar a los productores y por el otro redefinir su propia acción profesional “para renovar sus vínculos con los diferentes agrosistemas en los cuales están insertos en función de las localidades y regiones”. “El tiempo y la dedicación de un profesional tiene costos. Casi siempre se usa al ingeniero como consultor y no como un profesional responsable del sistema productivo y esa es una limitante”, razonó Mariatti.

Periurbanos en la mira

El programa que coordina Mariatti se focalizó en las interfaces urbano rurales que son los periurbanos, una franja “con zonas o áreas de conflicto donde los vecinos reclaman salud y que no haya fumigaciones”. Esa nueva demanda social generó una  demanda productiva anclada en la incertidumbre que plantea abandonar la receta del sistema convencional dominante.

“Buscamos dar respuestas a estas situaciones con un enfoque productivo que también se acompaña de un abaratamiento de costos” señaló, para agregar que el desafío de la agroecología es demostrar que puede ser tan productiva como el modelo convencional pero con varios beneficios extra, ya que preserva los bienes y servicios ecosistémicos que son determinantes en el mediano y largo plazo.

El objetivo del programa es dar una respuesta territorial en esas franjas de territorio que, de otra manera, quedarían ociosas al no contar los agricultores con herramientas teóricas ni prácticas para producir sin usar insumos químicos. Una falencia que, muchas veces, también tienen los ingenieros agrónomos en opinión de Mariatti.

Otro paradigma

Dejar atrás el modelo agroindustrial convencional significa también, según explicó Mariatti, salir de la ecuación cortoplacista y dejar de ver solo el rendimiento por hectárea. “Queremos fomentar la seguridad y la soberanía alimentaria y el acceso a alimentos sanos y seguros con una legitimidad territorial que sea comprobable y demostrable, un ámbito que todavía es desconocido para muchos profesionales y productores. Queremos que los ingenieros agrónomos puedan ser facilitadores de eso y redefinir el extensionismo”, dijo. 

Por eso el programa desarrollado desde la Provincia busca insertarse en una plataforma de reconversión productiva que ofrece asistencia técnica y que aborda a cada agricultor en función de su situación y contexto particular. “En conjunto entre el agricultor y el grupo técnico se redefinen los sistemas, se establecen metas y se arma una propuesta productiva que puede ser a corto, mediano o largo plazo según se trate de un arrendatario o un dueño” detalló el especialista.

Periferia rosarina 

Uno de los agricultores que está llevando adelante la reconversión está en la zona periurbana de Rosario, en un pequeño campo de 14 hectáreas en la zona de Circunvalación y Avellaneda. Se trata de un arrendatario que, cuando la Municipalidad de Rosario prohibió la aplicación de glifosato dentro de sus límites urbanos, se vio obligado a explorar otros horizontes.

“Fue una oportunidad para intentar devolverle la fertilidad al suelo, porque la teoría existe y hay que ejecutarla” dijo el ingeniero agrónomo, quien resaltó que el primer paso fue armar un plan productivo sin agroquímicos. “Se hizo una reducción total de esos insumos y se los reemplazó por preparados naturales o biopreparados (que tienen una resolución ministerial que habilita su elaboración y distribución”.

Se trata, según el especialista, de ir hacia una tecnología de procesos “para que el agricultor vaya viendo que tiene un impacto positivo en la reducción de costos”.

Costos y rindes

Mariatti explicó que el trigo que fue sembrado en junio pasado fue cosechado en noviembre con un rinde de casi 33 quintales por hectáreas, cerca del promedio de los cultivos industriales. La diferencia, según explicó, es que gracias al uso de bioinsumos en vez de agroquímicos “el agricultor abarató 200 dólares por hectárea, o unos 15 quintales gracias al abordaje de base agroecológica”. 

La idea es intentar internalizar los costos brindándole  herramientas al agricultor para que pueda asumir muchos de esos costos y no generar externalidades. “Con este sistema el productor tiene mayor capacidad de respuesta, el suelo se recupera y los biopreparados sirven como herramienta para el balance nutricional de los cultivos”. En todos los casos, se trata de fomentar los procesos biológicos. 

“La idea es que los números sean beneficiosos en el corto plazo y así tener un costo de oportunidad en la generación de abonos verdes. Tratamos de abaratar costos y reinvertir en prácticas de manejo”. Esa tecnología de procesos genera más sanidad en todo el sistema, que se vuelve menos dependiente de variables externas y desarrolla una mayor versatilidad.

Comercialización

Además de la producción, pensar en otro paradigma productivo debe contemplar las formas de vender y distribuir lo que se produzca. En el caso del programa provincial de producción sustentable en periurbanos, eso incluyó la firma de un convenio con un molino de Armstrong donde participa Fecofé que decidió acopiar sin cobrarle arancel al agricultor.

“De esta manera se pudo abaratar este costo y se tiene la oportunidad de relacionarse con el procesamiento y venta final de la harina, lo que significa una alternativa más desde lo productivo” dijo el ingeniero agrónomo.

El fomento de estos canales cortos de comercialización permiten que el productor acceda a un precio justo por el alimento y que el consumidor pague lo que vale sin intermediarios en exceso. “En definitiva, se trata de demostrar que se pueden generar alimentos a nivel local y regional a pesar de los cuellos de botellas que suelen aparecen en las instancias de acopio, venta y distribución”. 

Si bien en esta experiencia se utilizó el trigo al tratarse de un cultivo “fácil”, el objetivo era demostrar que es posible producir de otra forma y lograr así, por ejemplo, ayudar a fomentar las  economías regionales: “cada región puede hacerse fuerte en algo y sumar cultivos. El desafío para los profesionales es acompañar estos procesos”.

“La experiencia que se hizo con el trigo es la conjunción de toda esta visión, se trata de un trabajo en conjunto con el agricultor para humanizar todo el proceso a través de un abordaje multifactorial donde se siente reconocido socialmente”, explicó.

Acerca de

Ing. Agr. Agustín Mariatti

Agustín Mariatti es ingeniero agrónomo, agroecólogo y coordinador técnico del programa de producción sustentable de alimentos en periurbanos, con foco en el área metropolitana de Rosario. También participó del desarrollo del proyecto para crear biofábricas públicas que elaboran biopreparados aptos para la producción agroecológica y es integrante de la comisión de agroecología del Ciasfe 2.

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